Perico de
La Española (Psittacara chloropterus)

Este bullicioso y hermoso lorito es hoy endémico de La Española, aunque antiguamente se encontraba también en la isla Mona y posiblemente en tierra firme de Puerto Rico, pero para 1950 se declaró extinto allí. Es de color verde brillante con un borde rojo a lo largo de la curva del ala, un anillo blanco alrededor del ojo y una cola aguzada (que lo distingue desde lejos de la cola cuadrada de la cotorra). Los taínos les llamaban xaxabis; sus grandes bandadas y vivo temperamento no pasaron desapercibidos por los primeros cronistas: “Diez destosxaxabis acometen a ciento de los higuacas y los desbaratan, y nunca en paz se juntan éstos con aquéllos.” Otra particularidad muy notoria es que no aprenden a imitar el habla humana, lo que les ha hecho menos apetecidos como mascotas que sus parientes las cotorras.

El nombre del perico ha trascendido al lenguaje coloquial dominicano, de hecho, la forma más típica de merengue dominicano, el perico ripiao así lo refleja. Aunque literalmente significa “carne de perico desmenuzada” y sabemos que la carne de perico ha servido de alimento, se cree que la expresión proviene del nombre con que se conocía a un popular burdel de Santiago de los Caballeros de principios del siglo XX donde se tocaba esta alegre música de baile a base de tambora, güira y acordeón. Al parecer, las trabajadoras de este establecimiento llamaban “ripiar un perico” a atender un cliente.

VU Vulnerable

Estado de Conservación

Al igual que las cotorras, los pericos anidan en cavidades, generalmente troncos huecos de árboles. Se alimentan de granos y semillas, ayudando así también al mantenimiento y regeneración de nuestros bosques naturales. Pueden vivir en muy distintos hábitats, aunque actualmente es más común verlos en nuestras altas montañas. Los pericos andan en bandadas grandes, se dice que antes podían verse en agrupaciones de miles de aves, pero hoy es raro ver una con más de 50. Por esto, nuestro perico hoy está considerado como vulnerable a la extinción según la Lista Roja de la UICN y en peligro de extinción en la Lista Roja Nacional. Su disminución se debe sobre todo a la destrucción y degradación de nuestros bosques, su captura como mascota y la cacería, ya que antiguamente eran considerados como una plaga por los agricultores, especialmente para los cultivos de maíz.

“Es una vista extraordinaria ver una bandada aterrizar en un árbol y ver las ramas bajar con el peso de sus cuerpos.” Anabelle Stockton de Dod
“La otra especie de los medianos son los que llamaban xaxabis. Son más verdes y pocos tienen plumas coloradas; son muy traviesos e inquietos, bullidores, muerden y aíranse más que otros; nunca toman cosa de la habla humana por mucho que los ensefien, pero son muy chirriadores y parladores en su parlar natural.” Fray Bartolomé de las Casas

Algo curioso es que recientemente han surgido poblaciones crecientes en ciudades, como en Santo Domingo. De hecho, uno de los dormideros más espectaculares se encuentra en las afueras del Hotel El Embajador, en pleno corazón de la ciudad capital, donde al atardecer se congregan miles de pericos en las ramas de dos grandes almendros de la India, llenando el ambiente con sus llamados cric-cric-cric-cric, clac-clac-clac-clac. Tristemente, lejos de ser una señal de esperanza, estos pericos urbanos parecen ser el resultado de su liberación por ciudadanos que, deseosos de tener una cotorra que imite el habla humana como mascota, descubren en su lugar que el perico emite constantes chillidos agudos sin cesar.