Diversas culturas de todo el mundo a través del tiempo han asociado a las aves de la familia de las golondrinas (Hirundidae) con la llegada de la primavera, la buena suerte y hasta a divinidades. En Haití se le conoce como “zwazo lapli” (ave de la lluvia) posiblemente debido a su notoria presencia en los sitios de anidamiento durante los meses lluviosos de abril y mayo. Estas admirables aves de alas largas se distinguen por su vuelo grácil y acrobático, así como su maravillosa agilidad, que les permite perseguir y capturar insectos voladores. Muchas especies de golondrinas conviven con los humanos, incluso en grandes ciudades, debido a su carácter adaptable y su dependencia de cavidades cerradas para anidar. Las dos especies de golondrinas endémicas de las islas del Caribe son la golondrina de Las Bahamas y la golondrina verde. Como su nombre sugiere, la primera se encuentra sólo en Las Bahamas, y la segunda se encuentra solamente en La Española (aunque hasta los 1980s estuvo también en Jamaica).
En La Española, la golondrina verde habita en las cordilleras del centro y sur de la República Dominicana y las cordilleras del sur de Haití sobre los 700 metros de elevación. Allí se puede observar forrajeando en pequeños grupos sobre campos abiertos y sabanas cerca de pinares y bosques mixtos. Sin embargo, de diciembre a abril, puede formar bandadas mucho más grandes, ¡alcanzando hasta 200 aves!. Tiene un plumaje iridiscente inconfundible, con tonos azul-verdoso y un suave brillo dorado, por el que se le otorga el nombre de “golondrina dorada” en inglés. Las hembras y los juveniles tienen los colores más pálidos, pero son igualmente atractivos. Esta pequeña golondrina se diferencia de los vencejos en la isla por su vuelo ligero y columpiado pero no errático, sus alas más cortas, su cola levemente ahorquillada y el color blanco nieve de su pecho. El suave canto chi-weet de esta golondrina delata fácilmente la ubicación de su nido, acomodado con plumas, musgo y hasta pelo de conejo, dentro de algún hueco natural en una pared rocosa o en un árbol de pino, incluyendo huecos elaborados por el pájaro carpintero.
No se conoce bien por qué la golondrina verde desapareció de Jamaica, pero se sospecha que la pérdida de hábitat y los depredadores introducidos probablemente jugaron algún papel. Actualmente, la golondrina verde de La Española se considera vulnerable a seguir el mismo destino, en parte debido a la destrucción y degradación de los bosques de montaña en toda la isla. Otra amenaza que sufren es la depredación de huevos y pichones de golondrina por parte de mamíferos introducidos, como las ratas y los hurones.
“Esta hermosa golondrina se puede encontrar en las colinas del interior y es siempre recibida con agrado dondequiera que se vea debido a su elegante comportamiento y su coloración atractiva. Mientras uno sube por las pendientes empinadas en las montañas, entre los troncos de pinos muertos, una golondrina de cola larga puede acercarse dando vueltas por el aire para mostrar de pasada su pecho blanco y dorso brillante. Sus activos despliegues se aseguran de captivar el ojo y es inevitable que el viajero haga una pausa para observar su curso mientras circula alejándose rápidamente.” Alexander Wetmore y Bradshaw Hall Swales
“Hay tanto movimiento, descensos rápidos, vibraciones de alas y virajes que es casi imposible seguir un ave [refiriéndose a la golondrina verde] con los ojos por mucho tiempo sin tener mareos, especialmente si uno está cerca de un precipicio.” Anabelle Stockton de Dod
Viendo la necesidad de actuar ante esta situación y asegurar el futuro a largo plazo de la golondrina verde, a partir del 2009, investigadores y conservacionistas han comenzado a colocar más de cien cajas de nidos artificiales en el Parque Nacional Valle Nuevo para ayudar a esta especie a reproducirse. Actualmente, varias generaciones han utilizado las cajas de nidos exitosamente, lo que facilita observar a estas gráciles aves sobrevolar las majestuosas sabanas de pajón de Valle Nuevo.