Cigua Amarilla (Spindalis dominicensis)

Además de muy hermosa, la cigua amarilla es inconfundible por sus brillantes y contrastantes colores. Como su nombre sugiere, un vivo amarillo domina su cuerpo, contrastando con sus alas negras matizadas con blanco y marrón. Su cabeza, también negra, tiene dos rayas blancas a cada lado, por encima y debajo del ojo. Es por esto que antes de ser separadas las cuatro especies de Las Antillas, todas se conocían con el nombre de “cigua rayada.” A su pariente de Puerto Rico (Spindalis portoricensis), que es el ave nacional de ese país, le llaman “reina mora” que significa “mujer bella” según la tradición de Andalucía. Sin embargo, este nombre no está muy bien puesto, ya que es el macho de este género el más bello y el que tiene los colores más vivos y contrastantes, especialmente en la especie de La Española.

Las hembras, aunque tienen la cola amarilla, son mucho más pálidas, con el cuerpo tirando a color verde olivo o marrón y las bandas de la cabeza son mucho menos notorias. La cigua amarilla es una cigua de talla mediana que se alimenta mayormente de frutos silvestres. Se cree que tiende a mudarse de sitio según la disponibilidad de alimento dentro de los bosques en que habita. También come algunos insectos, brotes de flores y hojas jóvenes. Comer hojas (folivoría) es algo bastante raro en las aves debido a su bajo valor nutricional y dificultad de digestión.

LC Preocupación menor

Estado de Conservación

Tanto en Cuba como Puerto Rico, se han reportado ciguas de este género habitando en zonas urbanas, incluso comiendo plantas ornamentales de jardín. Por esto se ha especulado que su folivoría (al menos en el caso de Puerto Rico) podría ser clave para su supervivencia cuando no hay muchos frutos que comer, permitiéndoles adaptarse a un ambiente cambiante. Sin embargo, hasta la fecha, en La Española, la cigua amarilla sólo se conoce de los bosques naturales de montaña (húmedos y pinares) a partir de 700 metros de altura. Por suerte, es un ave muy activa, que puede observarse alimentándose todo el día, por lo cual no es difícil de ver, si estamos en su hábitat adecuado. Se cree que debe comer todo el día por su falta de buche en el tracto digestivo, lo que no le permite almacenar alimento como hacen otras aves. La cigua amarilla a menudo anuncia su presencia mediante un murmullo de notas entrecortadas, casi siempre mientras vuela.

“Sus colores brillan de tal manera que es imposible no verla.” Anabelle Stockton de Dod

Su canto al amanecer es un silbido fino y alto. Sus nidos son bastante sencillos, con una copa pequeña hecha de hierbas, donde pone 2 ó 3 huevos a la vez y puede anidar más de una vez al año. Se piensa que nuestra cigua amarilla es muy importante en la ecología del bosque, específicamente en la dispersión de semillas. Algunas de las especies que come, como el palo de sable y el palo de viento (género Schefflera), son árboles del dosel superior del bosque húmedo en que habita, por lo cual aportan un valioso servicio al ayudar así a la restauración y mantenimiento de nuestros bosques naturales con sus especies propias.