Chirrí de la Cordillera Central (Calyptophilus frugivorus)

El chirrí de la Cordillera Central es muy parecido a su especie hermana, el chirrí de Bahoruco (Calyptophilus tertius). Ambos son de color marrón por encima y mayormente blanco debajo, tienen un matiz amarillo en el doblar del ala y una distintiva manchita amarilla frente al ojo que puede verse cuando el ave está estresada o actuando con agresividad. Sin embargo, el chirrí de la Cordillera Central se diferencia de su pariente por ser más pequeño, tener un anillo amarillo interrumpido alrededor del ojo así como una coloración más intensa en sentido general. La cola larga, recta y redondeada de ambos chirrís nos recuerda a un ruiseñor, mientras que sus fuertes patas rememoran un zorzal.

Por esto, algunos de los primeros expertos en estudiar estas aves las colocaron en la familia de los ruiseñores (Mimidae); mientras que otros parecen haberlo confundido con un mirlo o zorzal (familia Turdidae). Hoy, junto a su especie hermana, el chirrí de la Cordillera Central se clasifica junto a las tanagras (Thraupidae), grupo donde figuran bajo su propio género: Calyptophilus. Otra característica es que, a diferencia del chirrí de Bahoruco, el de la Cordillera Central ha sido reportado a bajas elevaciones, con registros desde el nivel del mar hasta al menos 2,000 metros de elevación.

NT Casi Amenazado

Estado de Conservación

A pesar de que su nombre científico sugiere una dieta de frutas (C. frugivorus), el chirrí de la Cordillera Central se alimenta mayormente de invertebrados tales como ciempiés, mariposas, hormigas, arañas y algunas semillas. Busca su alimento caminando sigilosamente entre la hojarasca o cerca del suelo, en sitios con vegetación tupida. Es un ave tímida, difícil de observar, a menos que se toque su canto, el cual incita una feroz defensa de su territorio. No se conoce cómo son sus nidos, pero se sospecha que deben ser similares a los descritos para el chirrí de Bahoruco: grandes, toscos y en forma de un cuenco parcialmente cubierto. Igualmente, su canto melodioso es muy parecido al del chirrí de Bahoruco con muy leves variaciones, consistente en un enfático y claro silbido chip-chip-swerp-swerp-swerp o bien chirri-chirri-chirrichip- chip-chip, repetido varias veces.

“...tocamos la cinta, y en menos tiempo que lleva decirlo, salió de la vegetación un ave furiosa. Se posó en una ramita baja y dio su canto melodioso con tanta fuerza, en tonos tan enfáticos, que podíamos darnos cuenta que estaba desafiando un intruso.” Anabelle Stockton de Dod

La distribución de las dos especies de chirrí que habitan La Española parecen ser un legado de las antiguas paleo-islas que la conformaron, encontrándose el chirrí de la Cordillera Central al norte de La Hoya de Enriquillo/Valle Cul de Sac, y el chirrí de Bahoruco, al sur de esta zona. Actualmente, el chirrí de la Cordillera Central habita en las montañas de dic ha Cordillera así como en las Sierras de Neiba y de Martín García. Históricamente, estuvo también en tierras bajas del nordeste de la República Dominicana (península de Samaná/Cotuí/Villa Riva) y la isla de Gonâve de Haití. Su extinción en estos dos últimos sitios nos demuestra el grave peligro que corre esta especie de desaparecer. La amplia deforestación de la Sierra de Neiba en décadas recientes ha reducido mucho uno de los refugios importantes de esta especie. Por todo esto, el chirrí de la Cordillera Central se considera hoy en peligro de extinción según la lista roja de República Dominicana. Es posible que sólo las áreas más remotas de la Cordillera Central y la Sierra de Martín García sean su última salvación.